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La Zanahoria

Consejos

La buena zanahoria debe aparecer fresca, tersa y crujiente. Los ejemplares leñosos, opacos, dañados y blandos indican que llevan demasiado tiempo dejos de la tierra, lo que supone una notable pérdida de nutrientes. Si quieres aprovechar al máximo sus beneficiosos efectos, recuerda que cuanto más oscuro sea el color de la zanahoria, mayor es su valor vitamínico. La zanahoria interviene en numerosas preparaciones culinarias. Puede consumirse cruda ( debiendo elegirse en este caso las más tiernas), cocida o en zumo. Además de ser guarnición y pieza importante de ensaladas, enriquece salsas, caldos, sopas , purés y guisos; forma parte de menestras y con ella también se preparan postres y tartas. Aunque se puede conservar durante una semana, conviene cocinarla o tomarla con rapidez. La preparación y cocción no tiene demasiados secretos: la zanahoria se pela con rapidez y sin desperdicios escaldándola previamente en agua hirviendo y frotándola, una vez escurrida, con un paño de cocina. Su tiempo de cocción es largo, a no ser que se efectúe en olla a presión.

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